Fuente: diariodesevilla.es
Un grupo de jóvenes de las Tres Mil Viviendas forman una compañía de teatro profesional
Todos los comienzos son duros y este grupo de jóvenes, que empieza a forjar su sueño ahora, es consciente de ello. Ganas e ilusión no les falta a ninguno y están deseando que su compañía teatral, Los Shespirs, eche a volar. A pesar de la reciente constitución de la misma, estos jóvenes actores llevan actuando juntos desde hace años. Matilde López es profesora de Lengua en el Instituto Joaquín Romero Murube de las Tres Mil Viviendas y también la artífice de este proyecto.
«El teatro se ha convertido para mí en una forma de vida», afirma Antonio Carmona, un joven de 23 años que forma parte del elenco de actores de Los Shespirs. Éste y sus seis compañeros tienen algo en común: estudiaron en el instituto Joaquín Romero Murube y allí les dio clases Matilde López. Esta docente comenzó hace 12 años a trabajar en un proyecto de innovación educativa sobre el teatro,Educar actuando, que aún hoy continúa vigente.
Este proyecto persigue el desarrollo integral de los alumnos a través del teatro, eliminando así el absentismo escolar y los problemas de disciplina gracias al alto carácter motivador del juego teatral. Matilde López dedica una hora de clase a la semana al teatro: «Mi forma de dar clase es a través de la dramatización», explica la docente.
De los muchos jóvenes que han pasado por sus manos, un grupo siguió quedando por la tarde para seguir aprendiendo más sobre el mundo de las artes escénicas. «Se convirtió en casi una actividad extraescolar», cuenta la profesora de Lengua. Poco a poco aquellos adolescentes se acercaron al teatro a través de muchas de las obras de Shakespeare. Es este dramaturgo el que da nombre a la compañía, aunque como explica Matilde López, directora artística de Los Shespirs, «los chicos han querido escribir el nombre así porque cuando lo conocieron lo pronunciaban mal y ya se les quedó Los Shespirs».
Los actores llevan años representando obras en distintos escenarios y participando en certámenes andaluces, e, incluso, fueron finalistas en el Certamen Nacional de Ávila.
La casa de Bernarda Alba,Raúl y Julia(adaptación deRomeo y Julieta, de Shakespeare),Jaque a la ReinayLa pequeña tienda de los horroresson algunas de las obras que estos jóvenes han llevado a escena. La compañía cuenta además con un director musical, José Manuel Acuña, que pone música original a cada montaje; un escenógrafo, Álvaro Delso; y una directora artística, Matilde López.
«Estos jóvenes, que probablemente no hubieran acabado la secundaria, han estudiado y se han formado en este campo», explica Matilde López. Es el caso de Antonio Carmona, ayudante de dirección y actor, que ha realizado numerosos cursos de improvisación, creatividad,clown… Antonio nunca había pensado dedicarse al teatro hasta que lo descubrió: «Me entró el gusanillo y se me ha quedado dentro». María Vizarraga, una de las actrices, explica que constituirse en empresa ha supuesto «dar un paso de gigante». «Pase lo que pase, no se nos quedará la duda de haberlo intentado», cuenta María, de 19 años.
Los Shespirs no solamente protagonizarán el sueño por el que trabajan a diario. El documental Piratas y Libélulas, de la cineasta Isabel de Ocampo, cuenta la historia de superación y sacrificio de estos jóvenes amantes del teatro. El largometraje de casi dos horas está a punto de salir a la luz pública. Será presentado en el mes de octubre en Valladolid.
A pesar de su corta trayectoria, Los Shespirs comenzaron a gestar la idea en septiembre del año pasado. El local para ensayar era uno de los problemas a los que estos emprendedores se enfrentaban. En el mes de mayo, los jóvenes intentaron buscar un local donde ensayar pero, como la propia Matilde reconoce, «en esta época los artistas lo tienen muy difícil». Los Shespirs han tenido suerte y gracias a la cesión del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) de Polígono Sur, perteneciente de la fundación Andalucía Emprende -adscrita a su vez a la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo disponen de un espacio donde desarrollar sus montajes.
La compañía encara septiembre cargada de ganas e ilusión. «Tenemos muchas esperanzas puestas en esto», afirma María. Los jóvenes han invertido, además de su esfuerzo, todo el dinero que han ganado con los premios obtenidos en distintos concursos. El grupo también ha pensado en otras alternativas para financiarse como por ejemplo actuaciones con monólogos de humor y animaciones en cumpleaños. A esta aventura profesional sólo le resta que se abra el telón y eche a andar el montaje de sus sueños.