Alejandro Villanueva y Rosalía Agudo durante su intervención en la Jornada
Alejandro Villanueva y Rosalía Agudo durante su intervención en la Jornada

Durante los días 1 y 2 de marzo de 2007, se han celebrado en la Casa de la Palma, centro asociado de la UNED de Motril, las I Jornadas de Inclusión Social, organizadas por la Concejalía de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Motril (Granada). 
La Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía, a través de la Fundación Red Andalucía Emprende, colaboró en dichas jornadas mediante la participación de Rosalía Agudo González, Técnica del Proyecto “Apoyo a emprender en Zonas con Necesidades de Transformación Social”, y Alejandro Villanueva Serrano, Responsable Técnico de la “Escuela de Empresas de Motril”.
Dicha colaboración se concretó en la impartición de la ponencia titulada “Exclusión Social y Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación: “La brecha Digital”.
Efectivamente, la información y la comunicación son dos de los conceptos que de forma más determinante ayudan a comprender las claves de la sociedad actual, una sociedad que numerosos autores han comenzado a denominar “Sociedad de la Información”, “Sociedad del Conocimiento” o “Sociedad Red”. Pero estas transformaciones tan determinantes a las que venimos asistiendo desde la última década del siglo pasado no podrían ser concebidas sin el espectacular desarrollo de lo que se ha venido a denominar las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), dentro de las cuales los avances informáticos y, sobre todo, las enormes posibilidades que brinda Internet, desempeñan un papel protagonista.
En este contexto, ningún agente social desea quedarse fuera de las nuevas dinámicas propiciadas por las TIC, por lo que la incorporación a la Sociedad de la Información aparece como un objetivo fundamental en el horizonte de muchas instituciones, entidades y organizaciones del ámbito público y privado. Sin embargo, ¿avanzan todos estos actores en una misma dirección y con un ritmo constante? ¿Existen diferencias entre el nivel de desarrollo tecnológico que presentan unos sectores y otros?
El nuevo modelo social basado en la información incluye un claro riesgo que puede provocar desequilibrios: si el acceso a la información no es equitativo se añade un nuevo elemento de fractura social a los ya existentes. Es lo que se conoce como “brecha digital” y se refiere a las desigualdades sociales que surgen con la implantación de las TIC en la sociedad. Quienes carecen de acceso a las nuevas tecnologías no solamente dejan de beneficiarse de sus ventajas, sino que además se descuelgan de aquellos procesos que se basen en las TIC, y que como hemos visto en el apartado anterior, cada vez son más variados y abundantes. De hecho las diferencias digitales no solamente existen entre áreas del globo, sino también dentro de cada sociedad.
El problema es que esta nueva brecha se suma a otras ya existentes y los grupos con dificultades laborales (personas con discapacidad, mujeres, inmigrantes y minorías étnicas, parados, jóvenes sin experiencia, drogodependientes, población reclusa, etc.) tienen una nueva barrera que superar: necesitan una capacitación tecnológica no para aumentar sus posibilidades de obtener empleo, sino para que sus ya escasas posibilidades no sigan mermando.
Es importante aclarar que el pleno acceso a las nuevas tecnologías no se basa únicamente en la posibilidad de uso de la infraestructura, sino que se requieren además ciertas habilidades cognitivas que permitan la conversión de la información en algo útil para el usuario, es decir, que la información pase a ser conocimiento. La capacitación tecnológica debe abordarse en función de la estratificación social porque cada grupo tiene unas necesidades asociadas a la situación de partida.
La brecha digital ha despertado la alarma de gobiernos, organismos supranacionales, sociedad civil y tercer sector, y fruto de ello se han adoptado medidas encaminadas a mitigar el impacto negativo de la nueva transformación social. Todo el conjunto de acciones que buscan dicho objetivo son conocidas como planes de e-Inclusión.