Vanessa Bernard, directora general de Autónomos
Vanessa Bernard, directora general de Autónomos

fuente: El correo de Andalucía

El emprendimiento, hasta hace cinco años coto privado para gente inquieta y valiente, es hoy en día una salida emergente y una solución para la crisis

Es el emprendimiento una solución para la crisis? ¿Serán los emprendedores los protagonistas del nuevo modelo empresarial que surgirá de la actual catarsis? Son algunas de las preguntas que se plantearon ayer en el foro Emprendimiento, un compromiso social, organizado por El Correo de Andalucía y celebrado en el Instituto de Estudios Cajasol. Como dijo el director del periódico, Juan Carlos Blanco, en sus palabras de bienvenida, «se utiliza a menudo en vano la palabra emprendimiento, pero es mucho más que una necesidad. Se ha convertido en una especie de Santo Grial, en un mantra: hay que emprender», aseveró. 

A continuación, tuvo lugar la ponencia inaugural de la jornada, que corrió a cargo de Vanessa Bernard, directora general de Autónomos y gerente de la fundación pública Andalucía Emprende. Bernard empezó su intervención recordando la difícil situación que vive la economía, una tesitura en la que «el fomento y el apoyo al emprendimiento son fundamentales», explicó.

Andalucía, con más del 60% de población juvenil, está sufriendo de un modo brutal el azote de la crisis, pero también «se está dando un cambio de tendencia, y las últimas encuestas señalaban que en las universidades hay un 35% de estudiantes dispuestos a emprender», afirmó, para agregar a renglón seguido: «Entre 2008 y 2012 se han creado 54.947 nuevas sociedades mercantiles, lo que nos anima a perseverar en la apuesta».

No obstante, para Bernard el desarrollo del emprendimiento en nuestra comunidad pasará inevitablemente «por eliminar las principales trabas que dificultan el emprendimiento: la dificultad para acceder al crédito –para lo cual hemos creado una línea de apoyo de 125 millones de euros para emprendedores menores de 35 años, y un fondo de más de 800 millones para todos los demás– y la necesidad de establecer incentivos para nuevos establecimientos y para la contratación de trabajadores», dijo. «El número de emprendedores por necesidad ha crecido notablemente, pero hace falta más información, tutorización y alojamientos para las empresas en los primeros años».

A continuación, el vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla, David Alva, pronunció una conferencia que, bajo el rubro Emprender o morir, supuso un rotundo alegato en favor del emprendimiento. «Hace tan sólo cinco o seis años, no existía el emprendedor por necesidad, una figura que ha cobrado mucha fuerza en los últimos tiempos», explicó. «Estamos viendo cómo va cambiando el paradigma del empresario, la sangre que hace que todos los órganos de la sociedad funcionen a la perfección».

Pero todavía hay mucho camino por recorrer. Así, Alva explicó que «los medios de comunicación de Estados Unidos dedican el doble de espacio que los españoles a informar sobre la creación de empresas», y que «en general hacen falta no sólo empresarios, sino funcionarios emprendedores, políticos emprendedores, gente dispuesta a innovar en todos los sectores».

«Hacen falta 90.000 nuevas empresas para solucionar el problema del desempleo en Andalucía», prosiguió Alva, quien no obstante celebró la tendencia a la baja del paro en Sevilla. «Lo cierto es que el empleo público ha dejado de ser una panacea. En este sentido, es importante que no se pierda el espíritu emprendedor en la universidad. La cultura del emprendedor se aprende en la familia, en la escuela y en el entorno, pero si nos van educando personas que no son emprendedoras, gente con un perfil de seguridad absoluta, será más difícil fomentar el emprendimiento, que nunca ha sido una forma de hacer dinero fácil, sino un camino de trabajo y sacrificio», añadió.

Para Alva, uno de los grandes lastres que urge sacudirse es «luchar contra el miedo al fracaso. Tenemos que pensar que el mayor éxito es un fracaso bien encauzado, o como dice un proverbio chino, el mayor fracaso es no haberlo intentado nunca», recordó el vicepresidente de los empresarios hispalenses.

Asimismo, se mostró muy crítico con la fiscalidad española, que a su juicio supone un freno para el emprendimiento. «Pensemos que antes de facturar, antes de cobrar la primera nómina, hace falta pagar todos los meses 250 euros, como mínimo. Pensemos que en Alemania no se tributa hasta que facturas los primeros 19.000 euros, y puedes darte de alta con 20 euros», subrayó.

La última mesa redonda de la mañana llevaba por título Emprendedores: casos de éxito, y estuvo protagonizada por cuatro empresarios andaluces, que esbozaron las líneas maestras de su experiencia empresarial y su visión acerca de la situación actual.

Abrió el más joven, Olmo Figueredo, gerente de La Claqueta, con una década de vida dedicada a lo audiovisual y que comenzó con un socio produciendo vídeos de boda para, a finales de 2011, transformar su empresa en una sociedad limitada con un plantilla de diez trabajadores e ingresos anuales cercanos al millón de euros. «O creas una empresa, o te haces autónomo o te vas fuera», señaló al respecto de las opciones laborales hoy en día. Para Olmo, «hay que tener muchos proyectos en la cabeza, algunos serán un fracaso pero otro igual funciona y te dará de comer».

Luis Valdivieso, consejero delegado de Formación y Control, habló desde la experiencia de un cuarto de siglo «consiguiendo ese milagro, que consiste en no haber repartido nunca el beneficio sino invertirlo en la empresa», lo que les ha permitido «cerrar todos los años en números negros”. Valdivieso desgranó algunas claves, como que “estamos convencidos de que el infierno es la carencia de proyectos».

José María Cantarero, presidente de Laboratorios BIO-DIS, dedicados desde 1992 a la fabricación y exportación de productos dietéticos y complementos alimenticios, cree que «en tiempos complicados se puede tener éxito», aunque «nunca debes poner en peligro la empresa, no se puede apostar a todo o nada». Identifica como claves para emprender con éxito cualidades como «decisión, disposición, implicación, paciencia, ilusión y entusiasmo».

Por último, José Luis Losa, director de Comunica y Convence, empresa con apenas un año de vida, vio su nicho de mercado en un problema de comunicación que observó en España tras unos meses en EEUU, por lo que montó una empresa de cursos intensivos de comunicación para profesionales a través del coaching, el periodismo y el teatro.